jueves, 4 de enero de 2007

Viaje con nosotros



No es raro en los tiempos que corren que la sinvergonzonería de muchos genere una situación injusta y el perjuicio de otros tantos, cuando no la ruina. El fiasco de Air Madrid ha dejado a miles de pasajeros en el aeropuerto “compuestos y sin novios” mientras que algunos políticos y medios de comunicación han encontrado en ello un filón. (vulture culture).

Los bancos consideran a Air Madrid en situación técnica de insolvencia, al arrastrar unas pérdidas anuales que duplican con creces su capital social, situado en 12 millones de euros tras ser ampliado en marzo de 2005 por las dificultades financieras de la aerolínea. Con este balance, fuentes del sector dan casi por seguro que el juzgado de lo mercantil número cinco de Madrid accederá a la petición de uno de sus acreedores -a la que este jueves se unieron los primeros clientes- para abrir un procedimiento concursal que, salvo solución inesperada, parece abocado a finiquitar la desaparición de la empresa. (Terra)

¿Mala gestión o fuga de capitales? El resultado es que de 130.000 personas que adquirieron los pasajes antes del día 15 de diciembre tendrán que celebrar el año a miles de kilómetros de los suyos, después de haber hecho un gran sacrificio para comprar los billetes. Ante hechos de este calado sería deseable que existiera justicia divina, porque lo que es la humana, escasea bastante. Por si esto fuera poco, algunos políticos están criticando al Ministerio de Fomento porque no ha terminado de solventar el problema. Recordemos que dicho Ministerio ha fletado ya 14 vuelos en los que 5000 personas han podido llegar a sus destinos. Algunos medios de comunicación, al igual que los citados políticos, están desvirtuando los hechos, dando a entender que le corresponde al Ministerio de Fomento solventar la crisis, a la vez que le culpan de mala gestión de la misma, cuando el Ministerio lo que está haciendo es una labor de cooperación para paliar la situación generada por la empresa Air Madrid.


Lamentable es que sucedan estos hechos en los que empresarios sin escrúpulos puedan engañar a los consumidores, ofreciéndoles, a precio más barato que la competencia, un servicio inexistente pero lamentable es también que otros, bien sean medios, bien sean políticos, quieran sacar tajada a costa de manipular y confundir a la opinión pública. La Ministra de Fomento, ante tales ataques ha tenido que aclarar que el Ministerio no es una agencia de viajes y que no va a fletar más aviones. Estas declaraciones han generado que la portavoz de los temas de inmigración de otro partido político haya acusado a Magdalena Álvarez de ser una xenófoba (la mayoría de los pasajeros afectados son de origen latinoamericano) por no ayudar a estas personas. Un poco de vergüenza y un poco de seriedad, por favor, que los ciudadanos no son tontos, ni quieren serlo. No estaría de más que algunos políticos y medios de comunicación se ganaran el sustento sirviendo a la sociedad y no a sus propios intereses.


(Artículo cedido a Adela Gresca de El Pendenciero)

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