lunes, 15 de enero de 2007

La puerta de Alcalá




Quisiera expresar mi visión de lo que vivimos los miles de ciudadanos que nos concentramos, a partir de las cinco de la tarde (a las cinco y media ya era imposible moverse por la calle Recoletos, a la altura del histórico Café Gijón); de lo que sentimos los miles de ciudadanos que copamos la plaza de la Puerta de Alcalá; lo que nuestras voces corearon; lo que nuestras manos aplaudieron; lo que nuestros corazones sintieron cuando el grupo ecuatoriano, que nos situaba musicalmente en el país de origen de las dos últimas víctimas mortales de ETA, entonó “Solo le pido a Dios”, al entrar en la plaza la pancarta de cabecera; al escuchar las palabras de Santiago Morales, presidente de FENADEE, ¡qué gran líder!, a la escritora Almudena Grandes y a la periodista ecuatoriana Lucía Rosero, encargadas de leer el manifiesto: “Por la Paz, la Vida, la Libertad y contra el Terrorismo”; cuando gritamos: “ETA No”, “Contra ETA Unidad”, “No son vascos, son terroristas!, o, ¡Viva Ecuador!.

Ayer en Madrid los españoles nos sentimos ecuatorianos y los ecuatorianos españoles. Es verdad, sí, lo confieso sin rubor, no lo esperaba, pero cuando algunas voces comenzaron a corear: ¡Zapatero, no estás solo!, mi voz fue detrás, porque lo estaba deseando. No se trataba de hacer una manifestación de apoyo al Gobierno, si no de repulsa contra el terrorismo y por la paz, pero está claro que por la actitud del Partido Popular desde que se produjo el atentado en Barajas y, sobre todo, la última semana, era inevitable que los ciudadanos de bien quisieran mostrarle que somos muchos los que queremos que ETA desaparezca, y que sea el Gobierno elegido democráticamente quien lo lidere y lo consiga. Que la comentarista de Telemadrid reconociese la calidad del manifiesto, pudo ser en parte el motivo de la reacción que tuvo, desde un balcón de la plaza, un vecino bastante facha (a pesar de ser un hombre joven) gritando: ¡Telemadrid, fuera de ahí! Y se encarase con uno de los que estábamos debajo de su balcón: ¡Y tú qué miras!.
... “Todos los tiranos, se abrazan como hermanos,
exhibiendo a las gentes, sus calvas indecentes”...

Evidentemente, una manifestación no consigue que la banda criminal ETA abandone las armas y desaparezca; pero si que los ciudadanos demócratas, unidos, avalemos a nuestras instituciones, dándole un zarpazo, sino a las conciencias, si al envalentonamiento, de quienes les apoyan y de quienes intentan beneficiarse políticamente de sus acciones. Y ahí estábamos todos. Esos sí, faltaban, aunque estaban en nuestros corazones, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, dos españoles nacidos en Ecuador: ¡No son inmigrantes, son Españoles!. De hecho, y ahora de Derecho.

“¡Mírala, mírala, mírala, mírala!, la Puerta de Alcalá!”. A Rajoy que no le gusta que , en relación al terrorismo, se hable de paz, porque no estamos en guerra (se lo dirá también a Rouco Varela cuando en misa le diga: ¡podéis daros la paz; o, podéis ir en paz. Bien, he aquí todas las acepciones de la palabra paz del diccionario de la RAE, para que \nsalga de dudas de si está o no bien traída la palabra PAZ en todo \nesto.);

“¡Mírala, mírala, mírala, mírala!, la Puerta de Alcalá!”


A Rajoy que no le gusta que , en relación al terrorismo, se hable de paz, porque no estamos en guerra (se lo dirá también a Rouca Varela cuando en misa le diga: ¡podéis daros la paz; o, podéis ir en paz). Bien, he aquí todas las acepciones de la palabra paz del diccionario de la RAE, para que salga de dudas de si está o no bien traída la palabra PAZ en todo esto.


paz.

(Del \n lat. pax, pacis). f. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra. Del lat. pax, pacis).


1. f. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.

2. f. Pública tranquilidad \n y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia. f. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.".

2. f. Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia.

3. f. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.

4. f. Sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, \n en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.


5. f. Reconciliación, \n vuelta a la amistad o a la concordia. U. m. en pl.
6. f. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones.",1]

7. f. Genio pacífico, sosegado y apacible.


8. f. portapaz.
9. f. Rel. En la celebración de la eucaristía según la liturgia romana, rito que precede a la comunión, en \n el que toda la asamblea se ofrece mutuamente un gesto de






María José Hernández