sábado, 2 de junio de 2007

Sobre las Municipales y otras "lindezas"


Bermejo (PSOE):

"Bonita foto en Madrid, hayan bien los triunfadores, mas trasvasar resultados, más allá de aquesta lid, a fuer de audacia y desliz, es contar mal lo contado, y se vuelve en un pas pis, contra quien aquí ha ganado, y habiendo perdido allí resultará derrotado al final aquí y allí".


PP del Senado

"De lejos vienes, Bermejo. Que andaban aún pastándolos morlacos de Guisando y ya eras progre viejo. A la legua se te ve. Fuiste fiscal recadero y ahora, con bruto esmero, sirves fiel a Zetapé. De los Marianos, desdoro, de las togas, cataclismo, de los ministros, lo mismo: mucha lata, ningún oro. No nos vengas con canciones, mal ministro, peor poeta: genuflexos ante ETA, perdisteis las elecciones. Y ahí no acaban vuestros males. Si Zapatero dirige, a ver qué guapo os elige: perderéis las generales".

Killing me Softly


Roberta Flack hablaba de amor-desamor en esta canción. Sin embargo, la oferta actual de servicios y bienes materiales proporciona otras maneras de asesinar suavemente.

Evito atender las llamadas restringidas que se reflejan en pantalla. Sospechoso es, al menos, cuando alguien llama sin dar la cara. A pesar de ello, todos hemos tenido alguna vez uno de esos días…No sólo apreté la tecla del telefonito verde, sino que cuando supe que eran ellos, les di la opción de continuar. La factura de la compañía inglesa estaba junto a mi móvil descascarillado. Entonces se me ocurrió que nunca me habían hecho una oferta así por ser cliente de platino. Y también pensé que igual daba unos que otros. Por una manía, siempre me he resistido a la M artística porque antes eran T única con cable, pero ya no son monopolio. Así que, acepté la oferta de ese aparato-última generación-todopoderoso del cual sabía que no iba a utilizar ni la cuarta parte de las opciones. Y acepté la condición intrínseca para la obtención de dicho botín, que consistía en cambiarme de la V inglesa a la M artística española., tal daba. Eso sí, el móvil última generación valorado en una pasta me ha traído además una obligación de compromiso de catorce meses con dicha compañía. Lo mismo que cuando utilizas los puntos con la tuya, sólo que en este caso, encima te toca pagar una cantidad adicional.

Antes de cambiarme de operadora me hicieron unas preguntitas que además grabaron, no vaya a ser que…, tan largas como los cuestionarios para acceder a EEUU. Una de ellas fue muy sospechosa pero ya no había remedio. ¿Cuál es su consumo habitual?. Lo dije sin pensar: 30 euros (hay muchos meses que gasto menos). Ay, que con estas gentes hay que pensar. Volví a telefonear y pregunté acerca de la pregunta en cuestión. ¿Pero, usted no gasta menos de treinta euros, verdad?. Ay, que ya no hay remedio. Al mes abro la factura: 30,60 €. ¿Casualidad? ¿mala pata?. Por si acaso, recomiendo que se tire por lo bajo al responder a esta pregunta.

Para mejor ocasión dejo la llamada que me hizo la “V” inglesa durante el periodo de portabilidad, ofreciéndome lo que me daba la M artística más dos huevos duros. Lástima que se premie la infidelidad, en esto también.