domingo, 7 de enero de 2007

El tiempo no es oro, el tiempo es vida


El mundo está hecho de lo que percibimos y con eso hacemos, como he dicho tantas veces, nuestro propio mundo. Y eso queda muy bien expresado en la idea "El hombre es la medida de todas las cosas", estamos reduciendo todo a lo que da el oro, a dinero, a términos económicos. El tiempo no es oro, el tiempo es vida. Cuando yo me muera, se acabó mi tiempo. El tiempo que yo he tenido es la vida que yo he desarrollado desde el momento de nacer hasta el de morir. Los demás tendrán otro tiempo, la Tierra seguirá dando vueltas durante miles de años, pero mi tiempo es vital, el tiempo que a mí me importa, es la vida, mi propia vida. y reducir el tiempo a dinero, es reducir la vida a dinero. Equivale a decir "lo que no da dinero, lo que no vale dinero, no importa, no es vida", lo cual es un reduccionismo economicista absolutamente aberrante; es confundir una economía de mercado con una sociedad de mercado. vivimos en una sociedad que da valor a lo que tiene precio en el mercado y no valora lo que no lo tiene. ´


Decía Antonio Machado. "cualquier necio confunde valor y precio", que es la expresión poética de la diferencia entre economía y sociedad de mercado. Ciertamente, el precio es una cosa y el valor es otra, pero una sociedad de mercado que se funda solamente en el mercado, sólo valora lo que tiene precio. Lo que tiene valor, si no tiene precio, no importa. Veamos: los sentimientos, los afectos, si no se pueden comprar y vender, no interesan, pero si se compran y se venden dejan de ser lo que eran. El amor, por ejemplo, si no se compra ni se vende es amor, pero si se vende es otra cosa. (José Luis Sampedro. Escribir es vivir)

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