viernes, 16 de noviembre de 2007

Ley de Identidad de género


El respeto debido a las opiniones ajenas, y a los diversos puntos de vista sobre el mismo hecho, no ha de impedirme contradecir lo expuesto por el Bloque Alternativo ante el compromiso del Ministerio de Sanidad, tras el acuerdo con las Comunidades Autónomas -que es de quien depende la Sanidad- para la puesta en marcha de cuatro Unidades de Referencia, especializadas en la Identidad de Género. Lo que parece obviarse en la protesta es que para acceder a dichas Unidades es preciso pasar antes por el Médico de Familia que se tenga asignado en el Servicio de Salud correspondiente y de que éste envíe al paciente (como tal constamos todos los usuarios) al Psicólogo o Psiquiatra de la Unidad de Salud Mental de referencia en esa Unidad de Atención Primaria; una vez que este especialista dictamine que, efectivamente, se trata de transexualidad, emitirá un volante para acceder a la Unidad de Referencia que le corresponda -no a la que desee-, en donde se diseñará el tratamiento a seguir más adecuado para su proceso. Realizándose el seguimiento preciso desde la Unidad de procedencia, o lo que es lo mimo, en Atención Primaria. Dicho en palabras del Secretario de Sanidad, José Martínez Olmos, respondiendo al temor de Toni Poveda (Presidente de la FELGTB) de que hubiera que realizar todos el proceso allí, con el consiguiente perjuicio para la persona transexual: “no tendrá que desplazarse a la Unidad de Referencia para que le extiendan las recetas.”



Es verdad que quedan muchos flecos que negociar y pactar; lo que habrá de hacerse buscando aliados en las Sociedades Científicas involucradas en el proceso, pues serán representantes de éstas los interlocutores con el Ministerio durante la redacción del informe preceptivo y la puesta en marcha de las Unidades; como es el que sean los Servicios de Salud de las Comunidades los que realicen las intervenciones que son transversales con otros casos no relativos al cambio de sexo, por ejemplo: mastectomías o histerectomías en mujeres con cáncer, realizadas a hombres transexuales; y no, necesariamente, en las Unidades de Referencia.

Está bien reivindicar todo lo que es de justicia para un colectivo tan marginado como ha sido hasta ahora el transexual –por cierto, no recuerdo ninguna protesta ante las puertas de Génova ni ninguna critica ante la política de obstrucción a la ley de Identidad de Género ni al famoso informe del Instituto Carlos III; más bien me viene a la memoria las alabanzas y el aplauso al PP cuando hacia algún tímido movimiento hacia los transexuales, rápidamente paralizado por la parte más reaccionaria de este partido.- Lo que no me parece de recibo ni justo es tratar de “acomodaticios” con el Gobierno a activistas de reconocido compromiso con la defensa de las personas transexuales; provocando que a alguno de ellos se le llegue a insultar por la calle, cuando pasa junto a algún grupo de transexuales.


María José Hernández

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