viernes, 12 de enero de 2007

La Hoguera de las Vanidades


Tom Wolfe retrata en este título el esplendor y las miserias de la que puede ser considerada la capital del mundo. Los últimos acontecimientos vividos en España con motivo de la actitud que ha adoptado la oposición en materia de política antiterrorista y su reacción ante el desgraciado atentado del pasado 28 de Diciembre merecen también algún comentario y tal vez otra novela en la línea de la hoguera de Wolfe pero con un toque surrealista.

Si ayer Maruja Torres volcaba toda su indignación en unas sabias y contundentes líneas contra la banda terrorista ETA, tampoco debería irse de rositas ese partido que a lo largo de su historia se ha caracterizado, entre otras cosas, por haberse ganado a pulso que nadie le pueda atribuir una verdad, ni siquiera ellos mismos. Una de las características de la soberbia es la fuerte resistencia a aprender de los errores cometidos. La estrategia de la manipulación y el cinismo le dio buenos resultados al Partido Popular hasta que se encontró con un hueso duro de roer. La mentira se soporta hasta ciertos límites, mientras no haga demasiado daño. Cuando hay más de un muerto, la cosa cambia. En definitiva, se pasaron con la mentira, se pasaron con la soberbia y se pasaron de listos. Pero como la soberbia también trae aparejada la falta de humildad, no valió el duro golpe electoral para enseñarle a este partido que con los muertos no se juega. Y aquí están ellos otra vez, actuando para que la pelota no se quede en su tejado, dispuestos a manipular, a utilizar a las propias víctimas como ya vienen haciendo de forma vergonzosa, para sus propios intereses y a lo que haga falta con tal de conseguir sus objetivos.


No hace tanto tiempo que todos los partidos políticos y España entera se manifestaban tras una gran pancarta contra el terrorismo por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Ahora la misma manifestación resulta ambigua porque no favorece sus intereses. Qué mentes más perversas y más estrechas. El terrorismo no distingue los colores de las camisetas, así que todos los ciudadanos y políticos deberían tener esto en cuenta. Lejos de tener memoria, excepto para las mentiras, para ser los más constitucionalistas y demócratas del mundo cuando no interesa aprobar un Estatuto y esas cosas, se llega hasta extremos vergonzosos e inmorales. La última ha sido la de crear una asociación de ecuatorianos a la carta en un par de días y lo que te rondaré, porque parece que hay más cosas en el tintero y que probablemente saldrán a la luz. A este tipo de gente no les sirve que les regalen una agenda, ni un pacto, ni un gesto de buena voluntad. Tendrían que volver a nacer y ni por ésas.

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