miércoles, 25 de abril de 2007

Por boca de ganso


Aparte de la picaresca y de la pandereta, si algo caracteriza o puede ser atribuido al carácter español es el hecho de que éste suele hablar por boca de ganso. Hago esta afirmación intentando no caer en el error de los topicazos o de la generalización pero bien sabido es, también, que sin un mínimo de generalización, o agrupación de la información, sería imposible hablar de ningún tema y entenderse.

No es extraño encontrarse con mucha gente que para corroborar una información llega y te suelta: “eso es cierto, lo he oído en la televisión o, lo dice el periódico”. Si fulanito lo ha dicho, pues yo lo digo, lo de menos es la fuente o si la información es veraz o no. No sé si el fenómeno puede ser atribuible al hecho de que los habitantes de la piel de toro sean confiados o, más bien, que con tal de tener un tema del que opinar o sobre el que discutir, lo de menos es su verosimilitud o falsedad.

El caso es que este fenómeno constituye las delicias de los medios de comunicación que se dedican a lanzar todo tipo de serpientes de verano y de invierno, manipulan titulares, amarillean las noticias y convierten la información en un auténtico show, de tal forma que no se sabe muy bien si los más informados son los que más medios de comunicación consumen o, por el contrario, éstos constituyen el colectivo más alejado de la realidad, aunque tengan materia sobre la que conversar a diario.

Y aunque dicha tendencia puede aplicarse a muchos ejemplos, en este caso voy a hacer referencia a uno en particular. El Sahara no es un tema que preocupe tanto como el precio de una taza de café, por ejemplo. No es un tema del día a día. Sin embargo, cuando se trata de atacar a un Gobierno, al que se le puede atacar por muchos flancos, en algunos casos, incluso, con razón justificada, lo de menos es el motivo y si lo que se pide tiene algún sentido o no. Yo que soy muy amiga de las manifestaciones porque me parece una forma muy efectiva de reivindicación, me interesé por el tema, del que por cierto, tenía escaso conocimiento, aparte de lo que se sabe a grandes rasgos de la relación de esta región con Marruecos. Me interesé por saber si eran justas y oportunas las reivindicaciones de dicha manifestación o si sólo se trataba de corear gritos contra la política del Gobierno en esta materia, como en otras muchas. He acudido a información fidedigna, o al menos, eso creo, y han ganado ambas tesis. Según un artículo del propio Ministro de Asuntos Exteriores de España, no ha habido modificación alguna en la postura del Gobierno español, que respalda las tesis de Naciones Unidas (que es lo mismo que se demandaba en dicha manifestación), sino un mensaje que subraya la importancia de iniciar una fase de diálogo sobre las cuestiones de fondo en la que cada parte tiene el derecho de definir sus posiciones de partida. Teniendo esto en cuenta, sería bueno que cuando coreemos, al menos, sepamos lo que coreamos, aunque nos podamos equivocar. No coreemos porque el de al lado corea y es muy divertido o porque un titular malvado lanza “alabanzas” contra algo que desconocemos.

Nota. Antiguamente, los hijos de los nobles y de los ricos eran formados y educados por una especie de monitor o ayo llamado, precisamente, ganso. Estos gansos o ayos ejercían una función educativa y pedagógica, por lo general rígida y dogmática, es decir, algo equivalente a lo que hoy llamamos "enseñanza enciclopedista".De manera que, los niños repetían casi memoriosa y literalmente lo que habían escuchado de la “boca del ganso”, y como casualmente estos “gansos" solían caminar por los caminos de palacio seguidos por los niños en fila india -tal como marchan los gansos con sus crías- la tradición popular se encargó de acuñar la frase “hablar por boca de ganso”, para dar a entender que alguien repite lo que otro ha dicho, como si fuera propio, pero sin el correspondiente discernimiento.

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